Handball: preparación física por puesto específico: el pivot

El caso del pívot, por ejemplo, es emblemático. Se trata de la principal arma de ataque de la que dispone un equipo. Tan importante que hoy por hoy la mayoría de los equipos trabaja los desdobles de manera asidua, en búsqueda se poner un segundo pivot sobre la línea de defensa. Por distintos motivos, la figura del pívot ha sabido orientarse hacia dos tipologías bien diferenciadas. Por un lado encontramos al pívot de importante dimensiones físicas, un jugador alto, ancho, con poca movilidad en lo que hace a su función en el esquema técnico, pero con gran destreza en lo que hace a la técnica. Y por otro lado tenemos al pívot más bien delgado y bajo, veloz en los desplazamientos y que no suele permanecer demasiado tiempo en un lugar. En ambos casos estamos hablando de un jugador que recibe golpes, empujes y tomas constantemente.

El pívot debe ser rápido, fuerte y potente. Debe tener la capacidad de desplazarse rápidamente hacia el arco contrario, ya sea con o sin la pelota, tratando de mantener su campo visual.  Debe tener la capacidad de recibir y pasar la carrera, fintear y lanzar desde posiciones poco ortodoxas, y entrar y salir de la defensa según el juego lo demande. Se deberán emplear tanto trabajos de velocidad cíclica con pelota y sin ella, variando los flancos y las situaciones de presión. Para los trabajos de velocidad acíclica será fundamental el encadenamiento de acciones varias, como el pase y la recepción seguida del lanzamiento.

El pívot debe ser fuerte. Debe soportar las fuerzas externas que intentan sacarlo de posición como así también la presión derivada de las luchas por la pelota o las tomas a las que se vea sometido. Quizá sea uno de los pocos jugadores que pueda sacar provecho del entrenamiento isométrico, útil en situaciones en donde debe mantener una posición a costa de los empujes que recibe. Para el trabajo de fuerza específica respecto de las luchas y tomas, deberá realizar trabajos con pesos libres, especialmente discos, lo cual le permitirá fortalecer de manera dinámica todo el tren superior.

Finalmente, el pívot debe tener tanto la velocidad como la agilidad necesaria para librarse de los defensores y poder concretar su accionar ofensivo en un lanzamiento. Requerirá de trabajos que lo preparen para soportar la caída propia del lanzamiento con caída, a la vez que deberá trabajar la potencia para conseguir un gesto que pueda producir un daño en el arco contrario.

La resistencia, si bien debe trabajarse en el pívot, no será de capital importancia, sobre todo si es un pívot que sale durante las fases defensivas. Y si bien es verdad que en el esquema defensivo tendrá una función asignada, en la mayoría de los casos será el último jugador en volver del repliegue, momento en el que tal vez la situación ya haya sido resuelta, y necesite volver al ataque.