La agilidad

El movimiento producido de difícil realización en una acción conjunta de los músculos que resulte adecuada, coordinada y correcta, nos permite decir de alguna manera casi siempre denominarla  “la agilidad”, muchas veces este término es utilizado sin tener precisión del mismo, producto de la falta lectura y estudio.

La agilidad es la capacidad de ejecutar movimientos no cíclicos, cuyos movimientos  con diferentes direcciones y sentidos, de la forma más rápida y precisa posible. Está presente en todos aquellos deportes y ejercicios en los que se realicen movimientos rápidos, teniendo en cuenta el grado de precisión en la ejecución. La palabra deriva de la cualidad ágil y del verbo “volverse, moverse”, dentro de las distintas clasificaciones, el término se podría señalar como una capacidad motora intermedia o mixta, pues tiene elementos condicionales y coordinativos, desde la perspectiva hay una acción compleja y mezclada entre lo nervioso y energético.

Los nuevos movimientos se integran sobre las bases de otros viejos ya existentes, a través de ello el deportista aprende nuevos movimientos no solo con la mayor facilidad y rapidez, sino que está en condiciones de reaccionar con movimientos adecuados ante situaciones competitivas y cambiantes, logrando mayor éxito en el deporte.  La Agilidad solo se alcanza mediante el entrenamiento, la reiteración y continuidad del ejercicio mejoran esta capacidad sobre todo cuando hay existencia de la pelota o elemento deportivos a fin con la disciplina jugada.

Reglas de entrenamiento para la práctica de la agilidad:

  • Realizar los ejercicios tan rápido como sea posible. Descansar entre los ejercicios si se nota cansancio.
  • En la sesión de entrenamiento los ejercicios de agilidad tiene su lugar al comienzo de la parte principal después del ejercicio de movilidad.
  • Escoger cada ejercicios más difícil para el entrenamiento y analizar cómo pueden modificarse para hacerlos más complejos.
  • Preocuparse por la variedad y  en tiempo incluir nuevos ejercicios en el programa (plan).
  • Verificar cada determinado tiempo el estado de salud de la persona. Utilizar para el autocontrol en la carrera de obstáculos.
  • Analizar que ejercicios de agilidad son especialmente adecuados para la disciplina deportiva de la persona.

Las características particulares de la agilidad son:

  1. La Coordinación motriz: Ser hábil, es ser capaz de responder a las exigencias de coordinación impuesta por una tarea, pero más hábil aquel que logra resolver situaciones de complejidad motriz más elevada.
  2. La Precisión Motriz: Esta cualidad efectiva, exige la toma de conciencia de las características espaciales, temporales y dinámicas del movimiento, dominar estos 3 componentes lo califica al entrenado, deportista o atleta.
  3. La Economía Energética. Se puede establecer entre atletas, diferencias significativas según el gasto energético inducidas por la respuesta motriz adecuada, el más hábil es el que gasta menor energía.
  4. Fiabilidad de la Ejecución Motriz: Se asocia a menudo esta característica con la precedente, lo que revela entre diferentes individuos haya unos niveles de agilidad desiguales, es frecuente, la facultad para reproducir la respuesta motriz adaptada con alto porcentaje en éxito.
  5. La Velocidad de Adquisición Motriz: La rapidez de aprendizaje, es de interés capital, la facultad de aprender rápidamente y con eficacia gestos nuevos es generalmente la garantía objetiva de una evolución favorable de la carrera deportiva de un atleta.

En definitiva este término lo debemos utilizar más, en nuestra jerga de entrenamiento, para encontrarlo en cada respuesta motriz y solucionar las distintas prácticas y habilidades deportivas y gimnasticas

Autor: diegobanquero@hotmail.com

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La coordinación

Cuando hablamos de capacidades condicionales, enseguida nos viene a la mente el trío «fuerza, velocidad y resistencia». Diversos autores incluyen, además, la flexibilidad y/o la coordinación. Más allá de la discusión sobre si se trata o no de una capacidad condicional, es innegable su importancia en el entrenamiento deportivo. Y sin embargo, muchos entrenadores suelen olvidar la relevancia que tiene sobre el deporte, y terminan trabajando sobre las tres capacidades de siempre.

La coordinación es importante porque, tal como señalae Weineck (1988), «permite al deportista dominar las acciones motoras con precisión y economía, en situaciones determinadas que pueden ser previstas o imprevistas».

En términos muy generales, la capacidad de coordinación es un requisito previo para el dominio de situaciones gestuales, exigiendo una acción rápida y racional.

El desarrollo óptimo de la coordinación se da aproximadamente entre los 7 y los 10 años (Stemmiler, 1977, Hirtz, 1976). En el transcurso de la vida disminuyen las facultades de coordinación, al igual que, por otra parte, los factores físicos que condiciona el rendimiento y los procesos cerebrales que controlan la coordinación. Sin embargo, según el tipo de entrenamiento que se siga, éstos factores disminuyen menos rápidamente.

Según Harre (1988) el dominio de nuevas habilidades gestuales polivalentes y de sus componentes, debe ocupar un lugar preponderante en el entrenamiento de las capacidades de coordinación. Para conseguir este objetivo habrá que recurrir a diversos métodos de entrenamiento, los cuales deberán ajustarse a una serie de principios:

  • Emplear ejercicios cada vez más complejos
  • Variar y combinar métodos y ejercicios
  • Trabajar sobre la capacidad de «analizar» el movimiento
  • Aprovechar las fases sensibles
  • No efectuar trabajos en estado de fatiga

Finalmente, es importante recordar que la economía realizada en la coordinación gestual es inherente a la gran precisión del control motor, y se tradfuce en la posibilidad de poder repetir movimientos idénticos con menos fuerza y menos energía.

El equilibrio

Desde un ciclista de ruta hasta un gimnasta, desde un lanzador de disco hasta un esquiador, el equilibrio es una de las capacidades coordinativas más entrenable, y su consideración dentro del plan de entrenamiento no puede ser un tema menor.

La definición clásica nos dice que se trata de la capacidad de mantener o recuperar la posición del cuerpo durante la ejecución de posiciones estáticas o en movimiento, y se mantienen siempre que el centro de gravedad esté dentro de la base de sustentanción y no posea una inercia que tienda a sacarlo del mismo. De esta definición se desprende la conocida clasificación de equilibrio:

  • estático
  • dinámico

El control del equilibrio depende del funcionamiento de los receptores que dan información sobre la posición del cuerpo (canales semicirculares, utrículo y sáculo en el oído, receptores cutáneos y musculares en la palnta de los pies, analizadores ópticos), centros de tratamiento de esa información (cerebelo, principalmente) y circuitos neuromuscualres (especialmente el reflejo miotático).

Así, durante la locomoción (marcha, carrera o saltos) la continua reequilibración que necesita el cuerpo se logra mediante las modificaciones del tono muscular, que es quien se encarga de fijar los egmentos corporales en las angulacionesa rticulares que se precisan en cada momento.

Platonov (1993) distingue dos mecanismos para mantener el equilibrio:

a) El primero hace referencia a la necesidad de mantener el equilibrio que ya se posee, en cuyo caso, se trata sólo de un mecanismo de relación que actúa mediante correcciones constante. La eliminación de las pequeñas alteraciones del equilibrio se realiza mediante la activación refleja de los grupos muscualres que se precisan en cada momento.

b) El segundo mecanismo hace referencia al equilibrio que se precisa en aquellas acciones motoras que necesitan de una coordinación compleja y cada reacción no representa carácter reflejo, sino de anticipación.

Otra clasificación, propuesta por Donskoi (1988), se basa en la fuerza de gravedad, y distingue 3 categorías:

1) Estable: el cuerpo regresa a la posición inicial sea cual sea la variación sufrida

2) Limitadamente estabe: el cuerpo regresa a la posición inicial sólo si la variación se ha producido dentro de determinados límites

3) Inestable: la más pequeña variación provoca el vuelco obligado del cuerpo

Más adelante iremos viendo más acerca de las diferentes capacidades coordinativas, a veces tan olvidadas dentro del ámbito del entrenamiento.

Las capacidades coordinativas

Durante décadas, los entrenadores fijaron su atención en las capacidades condicionales: la fuerza, la resistencia y la velocidad. Con el tiempo y frente a un escenario cada vez más competitivo, los investigadores ampliaron su horizonte hacia otras capacidades íntimamente relacionadas con el sistema nervioso. Estas cualidades, conocidas hoy como capacidades coordinativas, permiten al deportista realizar los movimientos con precisión, economía y eficacia.

Jacob (1990) asume tres funciones básicas de las capacidades coordinativas:

  1. Como elemento que condiciona la vida en general
  2. Como elemento que condiciona el aprendizaje motor
  3. Como elemento que condiciona el alto rendimiento deportivo

Las capacidades coordinativas son sin duda un elemento importantísimo a la hora de planificar el entrenamiento tanto en los deportes individuales como de conjunto, ya que si bien algunas de ellas no parecen jugar un papel decisivio en los deportes de equipo, otras en cambio pueden llegar a ser de capital importancia, como veremos a continuación.

Actualmente, la clasificación más aceptada comprende seis capacidades. Ustedes van a encontrarse con siete, ya que considero a la relajación como una capacidad coordinativa. Saquen ustedes sus propias conclusiones. La lista es la siguiente:

  • Diferenciacion: es la capacidad de lograr una coordinacion muy fina de fases motoras y movimientos parciales invididuales, la cual se manifiesta en una gran exactitud y economía del movimiento total. Imaginen a un saltador de garrocha (pértiga) realizando su salto, moviendo cada segmento de su cuerpo en forma diferencial a medida que avanza hacia el listón, salta y cae sobre el colchón.
  • Acoplamiento: es la capacidad de coordinar movimientos parciales del cuerpo entre si y en relación del movimiento total que se realiza para obtener un objetivo motor determinado. El nado sincronizado o la gimnasia rítmica o artística pueden quizá ser los mayores exponentes.
  • Orientacion: es la capacidad de determinar la posicion y los movimientos del cuerpo en el espacio y el tiempo, en relacion a un campo de accion definido y/o a un objeto en movimiento. He aquí una capacidad fundamental para deportes de conjunto como el hockey.
  • Equilibrio: es la capacidad de mantener o recuperar la posicion del cuerpo durante la ejecución de posiciones estáticas o en movimiento. Esta capacidad varía mucho según la disciplina, pero puede verse en su plenitud en deportes tales como el ciclismo o el esquí.
  • Cambio: Es la capacidad de adaptacion de un individuo a las nuevas situaciones que se presentan durante la ejecucion de una actividad fisica que presenta numerar interferencias del entorno. Otra capacidad íntimamente relacionada con los deportes con pelota, donde el jugador analiza constantemente la situación de sus compañeros y adversarios, además de la suya propia.
  • Ritmo: Es la capacidad de producir mediante el movimiento un ritmo externo o interno del ejecutante / La repeticion regular o periodica de una estructura ordenada. Obviamente, no hablamos de bailar bien cuando hablamos de ritmo, sino de poseer un «sentido del ritmo». En carreras como la maratón, este sentido del ritmo es fundamental.
  • Relajacion: es la capacidad de relajar (liberar de tension) de forma voluntaria a la musculatura. Piensen en un tirador, quien debe liberarse de tensión a tal nivel que consiga disminuir su ritmo cardíaco para encontrar el mejor momento para disparar.

Algunos autores agregan la agilidad, la habilidad, la rapidez, la flexibilidad, la coordinacion, etc. Más allá de la discusión que pueda presentarse en el campo de la teoría, esta claro que en la práctica deportiva aparecen procesos nerviosos que ocurren fuera del plano de las capacidades condicionales. Es importante conocer nuestro deporte y conocer las capacidades coordinativas sobre las que se sostiene. Porque si lo que pretendemos alcanzar es la victoria deportiva, no conviene dejar nada librado al azar.

– Para saber más: «Teoría del movimiento», Kurt Meinel y Gunter Schnabel, Editorial Stadium