Efectos de la microgravedad

Hoy van a leer un post distinto. Utilizando la terminología propia del periodismo, podríamos decir que se trata de un «tema de color». En una suerte de ejercicio didáctico, vamos a dedicarle algunas líneas a un tema muy poco conocido: la microgravedad.

Cuando hablamos de entrenamiento de altura (amientes hipobáricos) o de actividades subacuáticas (ambientes hiperbáricos), comenzamos a adentrarnos en el campo de las conidciones no regulares de trabajo. Algo similar ocurre con la actividad física en ambientes muy fríos o calurosos: estamos frente a situaciones extremas. Con la microgravedad podemos decir que estamos en el extremo de lo extremo.

A lo largo de su permanencia en éste planeta, el ser humano ha presentado una maravillosa capacidad de adaptación. Sin embargo, las palabras éste planeta son más que significativas. Los ambientes con microgravedad aparecen, precisamente, fuera de éste planeta.

Más allá de que la microgravedad se puede simular, sus efectos no comenzaron a ser estudiados hasta que comenzaron a evidenciar sus riesgos en los primeros viajes tripulados al espacio exterior.

Para hacerlo más sencillo, digamos que la fuerza de gravedad que experimenta nuestro cuerpo es igual a 1. O sea que, la fuerza que «siento» que me tira hacia abajo se expresaría como 1G. En el espacio o en la superficie de otros planetas, esa fuerza puede variar en forma positiva (+ G) o negativa (- G). En el primer caso, nos snetiríamos más pesados, nos costaría movernos y desarrollaríamos una musculatura acorde: estaríamos frente a un ambiente de macrogravedad. En el segudno caso, que es el más frecuente ya que se da en el espacio exterior y en muchos cuerpos celestes, como la Luna, nos sentiríamos más livianos, sería más fácil moverse y la musculatura pronto comenzaría a atrofiarse: estaríamos frente a un ambiente de microgravedad.

«La mayoría de los cambios fisiolóficos que tienen lugar como consecuencia de largos períodos de exposición a condiciones de microgravedad durante los vuelos espaciales son similares a los obvservados con el abandono de los entrenamientos por parte de los deportistas y con la menor actividad de la población que envejece.» (Wilmore y Costill, 1997)

En un ambiente de microgravedad, la atrofia es el cambio más notorio a nivel muscular. La inactividad física sumada a los efectos de la «pérdida» de peso hacen que, de no tratarse rápidamente, pueda tener importantes consecuencias tanto para la estructura del músculo como para su capacidad de generar fuerza.

A nivel óseo, los riesgos de sufrir fracturas aumentan sustancialmente debido a una importante pérdida de calcio, producida por el cese de las fuerzas gravitatorias experimentadas en tierra. Sin embargo, hasta el día de hoy todavía no está muy claro el funcionamiento de tal mecanismo.

Otro cambio importante se produce a nivel cardiovascular. La falta de gravedad evita la acumulación de sangre en las extremidades inferiores, lo cual a su vez produce un aumento del gasto calórico gracias a que la sangre retorna al corazón. Todo esto desemboca en una mayor tensión arterial de distintos órganos vitales, por lo cual a veces es necesario reducir el volumen sanguíneo, el cual debe ser reestablecido al momento de ingresar en la atmósfera.

¿De qué foma entonces pueden los astronautas luchas contra los efectos negativos de la microgravedad? Con actividad física. A través de planes diseñados especialmente para minimizar los riesgos que se presentan tras largas estadías en el espacio, los pilotos ejecutan toda una serie de ejercicios de fuerza y resistencia que aumentan el tono muscular y previene la pérdida de calcio.

Los dejo un video que explica muy bien los efectos de la gravedad.

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